Israel Nash en Loco Club

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LOCO CLUB

Carrer de l'Erudit Orellana, 12, Extramurs, 46008 València, Valencia

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ISRAEL NASH EL 23 DE FEBRERO EN LOCO CLUB (VALENCIA)


"’Ozarker’ es un álbum que despliega una bandera en un campo de batalla, gloriosa, deshilachada, desafiante…. Lleno de grandes estribillos, armonías envolventes y un sonido ventoso” 9/10 ALLAN JONES - UNCUT MAGAZINE.

Puede que Israel Nash viva en las colinas de Texas, pero siempre será un “ozarker” en su corazón. (Las Ozarks son una cadena montañosa localizada en el noroeste de Arkansas, el sureste de Missouri y el noreste de Oklahoma).
“Nací y me crié en un pequeño pueblo de Missouri” afirma Nash. “Toda la gente y las historias y la música que me moldearon proviene de esa parte del país, y puedo sentir cómo me llaman de vuelta en este disco”.
Grabado con el productor Kevin Ratterman (My Morning Jacket, Ray LaMontagne), la nueva y conmovedora colección de canciones de Nash es una oda a sus raíces, una meditación sobre el amor y la familia, de la belleza y el dolor que `pasa de generación en generación, en los lazos que nos unen en los buenos y los malos tiempos. La música se remonta a ese rock de la tierra con el que Nash creció (Petty, Springsteen, Seger), con esas guitarras imponentes y las melodías hímnicas, y letras casi cinematográficas, pintando paisajes de los hombres y mujeres del día a día que ponen lo mejor de ellos para vivir con dignidad y amor propio. Algunos personajes provienen de las propias historias familiares de Nash, otros son prestados, pero todos tienen en común esas característica distintitva del medio oeste americano, y sus sueños, triunfos y fracasos representados con ternura y empatía. Sería fácil mitificar los lugares de donde proviene desde el beneficio de la distancia y a toro pasado, pero ‘Ozarker’ presenta sin embargo una mirada honesta, íntima, resistiendo la urgencia de romantizar el pasado y sin perder su humanidad y su corazón.
Hijo de un predicador baptista y una artista, Nash alcanzó primero la fama en Europa, construyendo una base fiel de seguidores con varios aclamados discos que le llevaron a firmar con el sello británico Loose. Cuando comenzó a conquistar al público americano, dejo su hogar adoptivo de Nueva York por Dripping Springs, en Texas, donde construyó su propio estudio en un rancho, abrazando un sonido más espacioso y psicodélico que le hizo aterrizar en algún punto entre Neil Young y Pink Floyd. Rolling Stone le llamó “un maestro de las texturas sonoras” y Mojo se refirió a él como “un visionario del folk-rock”.
Tras la muerte de Tom Petty, Nash regresó a la franqueza y la precisión artesana de discos como ‘Full Moon Fever’ o ‘Damn The Torpedoes’, y de ahí el salto a ‘Born In The USA’ y ‘Night Moves’ fue un paso lógico, regresando a ese sonido con el que creció. Aquello le llevó además a reflexionar acerca de su propia historia. “Me vi pensando en todo el amor de mi familia que vi crecer, en la verdad y la ficción que se mezclan en las historias según van pasando de boca a boca a lo largo de los años”. Y en lugar de escribir un disco en su estudio, alquilo una casa en Blanco River, cerca de Wimberley, Texas, y empezó a trabajar solo con una guitarra, un viejo teclado Casio, una vieja máquina de ritmos y una grabadora de cuatro pistas. La idea era forzarse a mantenerse simple y honesto, a evitar las rutinas o perderse en escribir con urgencia.
Cuando llegó el momento de grabar, Nash se encerró en el estudio con una banda de estrellas, que incluía al batería Patrick Hallahan de My Morning Jacket, el guitarrista Curtis Roush, Seth Kauffmann (Floating Action) y el pedal steel de su asiduo colaborador Eric Swanson. El resultado es un exuberante muro de sonido que resulta ‘vintage’ y moderno a la vez, repasando 50 años de rock de raíces americano en una fiera vorágine sónica.